Todo problema tiene un propósito. Aún los más pequeños, los que son inconsecuentes, las cosas que parecen ser meras irritaciones. Tienen un propósito. Dios puede enseñarte carácter. Quiere cambiarte, quiere que madures. Para formar a una persona madura se necesitan tiempos buenos y tiempos malos. La vida es una mezcla de dolor y placer, victorias y derrotas, éxitos y fracasos, cimas de montañas y valles. Hoy vamos a examinar el antídoto de Dios para los Valles Oscuros de la vida. La fe es edificada en los valles de la vida. Dios quiere formar su carácter. Él está más interesado en su carácter que en su comodidad o conveniencia. El propósito de Dios para su vida no es solo que esté cómodo. Quiere edificar su carácter. Está más interesado en su santidad que en su felicidad. La santidad perdura, la felicidad no. De cualquier modo, la felicidad se deriva de la santidad. Él quiere que se parezca a Cristo Jesús. Él quiere que desarrolle el carácter de Cristo. Si Dios lo va a hacer como Cristo, va a ser que atraviese todas las circunstancias de la vida por las cuales pasó Cristo.
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