Historias Bíblicas - Caín y Abel

La semilla del mal ya quedó sembrada en el corazón del hombre con el pecado original.
Adán y Eva tuvieron hijos e hijas. Dos de ellos, los mayores, fueron Caín y Abel. El primero era agricultor, y Abel, pastor de ovejas.
Ambos ofrecían sacrificios a Dios. A Dios le agradaban los de Abel y le desagradaban los de Caín.



En el corazón de Caín fue naciendo la envidia hacia Abel. En su interior oía la voz de Dios que le decía:
-¿Por qué andas triste? ¡Obra bien y estarás alegre, pero si no, el pecado estará a tu puerta como una fiera al acecho!

Caín no quiso dominar sus malas inclinaciones. 

Y un día, estando solos en el campo, se arrojó sobre Abel y lo mató. Este primer asesinato llegó como un grito hasta el cielo.
Inmediatamente preguntó Dios a Caín:
-¿Dónde está tu hermano Abel?
-No lo sé. ¿Soy acaso yo guardián de mi hermano? Y Caín se apartó de Dios.
Huyó de aquellas tierras y anduvo errante. Agobiado por su crimen, temía morir a manos de cualquiera; pero Dios le puso una señal para que nadie lo matara. Por fin, se quedó a vivir con su mujer en la región de Nod.

 

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